miércoles, abril 13, 2005

Sueño eterno

Susana yacía profundamente dormida, acomodada entre las almohadas de su cama, soñando en el último cuarto de la casa, al fondo del largo pasillo a la izquierda. - Sí, es por acá, ven conmigo - susurraba entre una respiración cortada, producto de un balbuceo apenas entendible debido al estado REM en el que se encontraba sumergida. - No tengas miedo, no voy a lastimarte... todavía. - ¿Quién eres? ¿Qué haces en mi sueño? - He venido de visita. Me aburrí de la isla desierta en la que soñaba tu hermana y vine por acá para ver qué me encontraba. ¿A dónde llevabas a ese niño? - ¡A ti qué te importa! Es mi sueño, vete de aquí. - No todavía, hay algo que debo hacer primero. Y el misterioso visitante atravesó como un fantasma a Susana, provocándole un intenso dolor en el pecho. Susana despertó y se incorporó, sintiendo todavía el dolor insoportable, el cual le obligaba a brotar lágrimas que se escapaban de sus ojos. Sentía cómo su corazón se estrujaba dentro de ella y por más que trataba de gritar, para pedir ayuda, su boca no emitía ningún sonido. Y cuando creía que ya no lo iba a soportar más, el dolor cesó y Susana volvió a caer dormida. - No tengas miedo, no voy a lastimarte... todavía - le volvía a decir el extraño hombre a Susana. - ¿Quién eres tú? ¿Qué lugar es este? ¿Qué... qué..? Y Susana no volvió a despertar jamás.

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