Siempre es mejor cuando estamos juntas, decía una risueña estrella de mar, mientras sonreía al sol, como si lo estuviera saludando y esperaba a que la siguiente ola la bañara nuevamente. Un ruidito se comenzaba a hacer más fuerte, mientras el agua se iba acerando a la playa, era la risa de otra estrella de mar que se encontraba al lado, bañada por el sol y por el mar. Es verdad respondió, siempre es mejor cuando estamos juntas.
A simple vista podría parecer una escena común en cualquier playa, en cualquier parte del mundo, claro, en un mundo donde las estrellas de mar pudieran hablar... Pero estas no eran unas estrellas de mar cualquiera, ni su mundo el mismo mundo en el que vivimos tú y yo. Eran risueñas, coquetas y traviesas. Es que estas estrellitas eran hermanas y se parecían tanto, pero tanto que los curiosos vecinos que tenían las solían confundir.
¡Hola Valeina! Decía una lenta gaviota al cruzar frente a una de ellas... A lo que ella respondió con un apresurado: hola, hola... ¿Me puedes ayudar? Casi de un golpe la gaviota trató de parar, pero no era precisamente la más ágil de su parvada, por lo que terminó perdiendo el balance y cayendo en la arena con las patas para arriba, se incorporó de inmediato y tratando de ocultar la vergüenza, se sacudió la arena, alzó la cabeza, sacó pecho y dijo: ¿En qué te puedo ayudar estrellita?
¿Hola Plumitas, has visto a mi hermana? ¡Nunca nos separamos, y hoy... ¡Hoy no he podido encontrarla! ¡Mi estrellita se ha perdido! La gaviota tan sólo movía la cabeza de izquierda a derecha mientras abría un poco más los ojos, no la he visto respondió, pero puedo volar y dar vueltas por la playa para buscarla por ti!
La joven gaviota era torpe, lenta y apenas si veía lo que estaba a centímetros de su pico, pero tenía un gran corazón, por ello le gustaba ayudar y más cuando tenía que ver con las estrellitas hermanas que siempre le sonreían.
Nani, nuestra estrellita perdida, durante las noches veía el cielo y entre las nubes encontraba las estrellas más brillantes y pensaba, yo quiero brillar como ellas. Y es que nuestras estrellitas, a pesar de ser parecidas, se diferenciaban porque mientras una se pasaba dibujando en la arena, utilizaba las hojitas de los árboles para pintar de verde, los frutos que caían de los árboles para pintar de rojo y amarillo y el polvo de los caracoles para darle brillo a todo, la otra aprendía cómo ayudarle a los delfines que se lastimaban en las redes de los pescadores, sanar las heridas de las viejas tortugas y con hojas de los árboles vendar las alas rotas de algunas aves, en especial a Plumitas por su torpeza.
Volviendo a nuestra búsqueda, Valeina y su amiga Plumitas recorrían la playa buscando a Nani, comenzando ya a perder la esperanza dieron vueltas y más vueltas sin cesar, hasta que Plumitas decidió volar un poco más alto, ponerse sus anteojos hechos con ramitas y parte de un coco y tratar de ver desde arriba. Y en lo alto de un árbol la encontró, enrojecida por el sol, pero llena de brillantes colores.
Se acercó lo más rápido que pudo y la bajó agarrándola con sus patas, Valeina estaba asustada y corrió a verla: ¿Nani, qué pasó? A lo que ella sólo respondió: ¿Me viste? Lo pude hacer, brillé como las estrellas del cielo. ¡Brillé para ti! No sabía si reír o llorar, seguía asustada, pero feliz de que esté bien y sin saber como reaccionar ante su locura. Tan sólo se acercó hasta que Nani cayó dormida y la cubrió con hojas húmedas para refrescarla.
Nani despertó al día siguiente, y lo primero que vio fue a Valeina recogiendo polvo de caracoles de todos los colores, y cada tanto se lo ponía en alguna parte de su cuerpo con mucha delicadeza. ¿Qué haces preguntó? -- ¡Nunca más volveremos a estar separadas! Voy a brillar contigo y nos vamos a ir juntas a donde sea. La otra estrellita sólo sonrió y la siguió observando con atención.
Muchas aventuras pasaron entre esas dos estrellitas de mar, conocieron muchos amigos, recorrieron el mundo mostrando su brillo y haciendo sonreír a más de uno... Alguna de esas historias algún día conoceremos, si son pacientes y están dispuestos a escucharlas ¿Dónde están ahora? Eso amigos, es algo que deberán averigüarlo, pero si alguna vez las quieren ver, tan sólo miren al cielo en la noche, en una playa o en la montaña y pronto verán a un par de estrellitas muy brillantes y con el destello de muchos colores, si el verlas los hace sonreír, pueden estar seguros que las hermanitas con brillo estelar.
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